ROBÍN Y MARC
Había una vez un caballero muy rico que tenía dos hijos que se llamaban Robín y Marc.
Esta familia pensaba que siendo tan ricos debían hacer la vida mas fácil a personas que vivieran en condiciones de mucha pobreza.
Un día el caballero llamo a sus hijos y les dijo: hijos mios, tenemos que empezar a repartir parte de lo que tenemos para que los pobres tengan comida y puedan tener sus casas calientes, pronto empezarán las nevadas y con nuestra ayuda pasarán mejor el invierno.
Pero padre, dijo Robín, tenemos que saber quien lo necesita de verdad.
Marc le contestó...mira, lo haremos así, nos vestiremos de leñadores, nos adentraremos en el bosque y veremos que nos encontramos.
Y así comenzaron su aventura.
Después de caminar horas y horas vieron en lo alto del camino una hermosa casa y Marc le dijo a Robín....vamos a ver si los dueños nos dejan descansar en su casa...y llamaron a la puerta....toc, toc, esperaron y como no abrían volvieron a insistir...toc, toc, toc, y cuando ya se iban a ir, abrió la puerta un hombre con cara de estar enfadado y les dijo: ¡¡qué es lo que queréis!!
Robín y Marc respondieron...perdone buen hombre, llevamos andando muchas horas, se está haciendo de noche y hace mucho frío...¿nos podría dejar pasar la noche y mañana seguiremos nuestro camino?....
Y el dueño de la casa contestó...¿Comooo?, ni hablar, en mi casa no dejo entrar a nadie, así que ¡¡adios!!
Les cerro la puerta y los dejo sin poder reaccionar.
Que mala persona, dijo Robín, aunque lo necesitase no le ayudariamos jamas, no se lo merece.
Cuando llego la noche se cobijaron en el bosque acurrucados a los pies de un árbol.
Se hizo de día y empezaron a caminar a ver si encontraban a mejores personas.
Al lado de un río había una cabaña que tenía una chimenea echando humo....mira Robín, dijo Marc, vamos a llamar a la puerta...toc, toc, todavía no habían terminado de llamar cuando les abrió la puerta una anciana y les dijo... hola jóvenes, ¿os habéis perdido?...no señora...contestaron, hemos llamado porque estamos cansados, tenemos frío y no hemos comido...pasad, pasad, dijo la anciana...nos repartiremos un plato de sopa caliente para cada uno, no es muy sabrosa porque somos muy pobres y no puedo ofreceros nada mas, pero por lo menos dormiréis aquí y no pasaréis frío.
Gracias señora, pero...¿usted vive aquí sola?....no, no, les contestó....conmigo viven mi hijo y mi nieto pero han ido a buscar alguna medicina para nuestra vaca, está enferma y no da leche...que pena, dijeron los hermanos, y ¿cuando volverán?...pronto, dijo la anciana...ya hace tres días que partieron y espero que no tarden, no se si la vaca aguantará.
Robín preocupado le preguntó...¿podemos verla?...claro que si...contestó la anciana..venid, está en el cobertizo...
entraron y vieron a la vaquita, estaba triste y acurrucada, se acercaron, empezaron a acariciarla y Robín saco de su mochila un jarabe que les había dado su padre por si se ponían enfermos, lo había preparado su médico.
Se lo dieron a la vaquita y se quedaron dormidos dándole calor y lo mas importante, cuando despertaron vieron a la vaquita que estaba de pié y haciendo muuu, muuu, quería salir del cobertizo para andar y comer hierba.
Al poco volvieron el hijo y el nieto de la anciana, vieron a la vaquita y se pusieron muy contentos viendo que ya no estaba malita y dieron las gracias a los hermanos.
Robín y Marc se despidieron de ellos y de la anciana y dijeron que volverían muy pronto.
Siguieron muy contentos su camino y después de muchas horas llegaron a una aldea, todos sus habitantes estaban sentados en la hierba llorando, una fuerte tormenta con muchos rayos les había dejado sin sus casas.
Robín y Marc les preguntaron...¿como podemos ayudaros?...
no podéis, pero muchas gracias, contestaron...nos hemos quedado sin nada pero si necesitáis algo, lo que queda lo podemos repartir.
Muchas gracias por ser tan buenas personas, esto es lo que buscábamos mi hermano y yo, dijo Robín, pronto tendréis vuestra recompensa.
Mientras Robín se quedaba para ayudar en lo que pudiese, Marc y un joven de la aldea emprendieron camino hacia casa de estos dos hermanos.
El padre organizó un puñado de trabajadores y cargados con herramientas y animales salieron hacia la aldea.
Pasaron por la casa del hombre que no quiso ayudarles y les preguntó: ¿donde vais?, y Marc contestó...a hacerle la vida mas fácil y feliz a una personas que fueron bondadosas con nosotros cuando lo necesitamos.
El hombre agacho la cabeza y se metió en su casa.....¿qué creéis que pensaría?
Siguieron y llegaron a la casa de la anciana y se puso muy contenta...¿qué hacéis?, preguntó, ¿a donde vais?
Marc la abrazó y le dijo....si os venís a vivir a una nueva aldea tendréis vecinos y una casa.
El hijo de la anciana dijo...claro que si, pero nosotros no tenemos dinero...no hace falta, contestó Marc....es vuestra recompensa por ser la buenos y generosos. Se unieron los tres y la vaquita camino a una vida mas feliz.
Todo salió perfecto, construyeron las casas y recibieron animales.
Marc y Robín, en el tiempo que estuvieron allí conocieron a dos guapas muchachas y se quedaron a vivir en la aldea,y siempre fueron felices y ya nadie pasó ni hambre ni frío nunca mas.
Cuando uno es buena persona siempre llega la recompensa y como siempre digo, colorín colorado este cuento se ha acabado.