domingo, 11 de mayo de 2014

AZUCENAS AZULES


                  AZUCENAS AZULES



Este cuento es de dos amiguitas que vivían en una aldea que había en un valle, y que estaba rodeado de bosques.

Estas dos niñas se llamaban Carolina y Zaira, las dos eran muy buenas pero muy atolondradas.

Un día salieron de casa dispuestas a jugar y correr por el campo, pero tan contentas y alegres estaban que, sin darse cuenta, se alejaron y se adentraron en el bosque, que por cierto lo tenían prohibido por sus padres.

Jugaban y corrían pero cuando se dieron cuenta, se habían perdido en el bosque. Las dos muy asustadas decían :

-         ¿Qué vamos a hacer ahora?, nuestros padres estarán muy preocupados.

-         Tenemos que volver y buscar un camino que nos lleve a casa, dijo Zaira, y Carolina respondió temblando de miedo:

-         Si, vamos porque se va a hacer de noche.

Las dos amiguitas empezaron a andar y andar y de pronto se encontraron un campo de azucenas azules, era tan hermoso que se quedaron sin palabras.

Pasado un rato dijo Carolina:

-         ¡Que precioso, que bonito!, ¿cogemos un ramo?, a lo que Zaira respondió :

-         ¡Si vamos!

Y cuando intentaron cortar una de las flores se oyó decir:

-         ¡No me arranqueis que dejaré de vivir!

Carolina y Zaira se quedaron asombradas y dijeron:

-         ¿Cómo pueden hablar las flores?

Entonces una de las muchas azucenas que había en el campo dijo:

-         Estamos hechizadas, antes éramos personas, tenéis que iros deprisa, antes de que venga el duende azul, de lo contrario pasareis a ser como nosotras

Carolina y Zaira dijeron:

-         Pero ¿algo se podrá hacer para que volváis a ser personas y volver a vuestras casas?

-         Si, tan solo una cosa podría salvarnos, dijeron las azucenas.

-         ¿Cuál?, respondieron las dos niñas.

Las azucenas les contaron que había un árbol, no sabían donde, que tenia una flores blancas y que tenían un líquido que parecía agua; si este líquido lo bebía el duende azul se volvería blanco, y su corazón se volvería puro y tierno y ellas volverían a ser personas

Las dos amiguitas buscaron y buscaron hasta que al llegar la noche, y al pie de un árbol, se quedaron dormidas, ya no podían mas.

A la mañana siguiente emprendieron el camino, pero de pronto Carolina miró hacia arriba y vio las flores blancas que la azucena azul les habia dicho.

Corrió Zaira y dijo:

-         Vamos a cogerlas, pero ¿cómo haremos para que el duende azul se beba su liquido?

Siguieron su camino hasta que llegaron al campo de azucenas y las hojas de estas flores sirvieron para poner el agua sin que se derramase.

-         ¡Escondeos rápido que viene el duende!, dijo una flor azul.

-         ¡Ho, que calor!, dijo el duende, ¡me bebería un río de agua!

Entonces las flores dijeron:

-         Esta noche debe de haber llovido y tenemos agua en las hojas.

Y el duende dijo:

-         Es verdad, por lo menos me calmará la sed.

Y bebió, y las niñas se pusieron muy contentas porque fue ver el liquido de las hojas y el duende cambio, y lo que eran azucenas azules,  se convirtieron en niños y niñas.

Al duende se le fue la maldad y Carolina y Zaira volvieron a sus casas junto con los demás niños.

Todo fue alegría, nunca mas volvieron a entrar en el bosque y  fueron muy felices después de la aventura que había vivido.
Y como siempre digo, colorín colorado, este cuento se ha acabado.  

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