EL VALLE PARAÍSO
Pues bien, este cuento relata la historia de unos esquimales que iban con su trineo tirado por unos perros preparados para el frío y la nieve, pero algunas veces eso no es suficiente en unas condiciones tan duras.
Bueno, pues paso a lo que os quería contar.
Había una tormenta con viento y nieve, imposible ver lo que tenias delante, y mucho menos podían correr los pobrecitos perros.
Parece que, en esta ocasión, la suerte se puso de parte de esta pobre gente; los perros, cansados, se pararon, y justo al lado se dieron cuenta de que había como una cueva.
Con mucho esfuerzo y dificultades por el viento y la nieve, consiguieron entran en la cueva....¡menos mal!, nos covijaremos aquí hasta que pase la tormenta, exclamaron.
Una vez dentro comenzaron a andar hacia el interior, y curiosamente, cuanto mas se adentraban tenían menos frío, iban entrando en calor.
Andaron un buen trecho con miedo a lo que se pudieran encontrar, pero empezaron a ver luz, esta cueva, mas que una cueva parecía un túnel, al otro lado lo que había delante de sus ojos era...¡increíble!...¡un sueño!...¡un espejismo!...se frotaron los ojos porque no podían creer lo que estaban viendo...era un inmenso valle, un valle que parecía un paraíso.
Era un cambio tan grande, de venir del infierno a entrar en el cielo.
Sin dejar de mirar todo lo que había a su alrededor siguieron andando, cuando de pronto empezaron a ver como los habitantes, que allí vivían, se acercaban, lo curioso es que eran muy bajitos, parecían duendes pero no lo eran, simplemente eran personas diminutas, pero todo lo que tenían de pequeñas lo tenían de amables, siempre estaban sonriendo y los recibieron con mucho cariño.
Cuando pudieron hablar preguntaron...no lo podemos entender, ¿como puede existir este paraíso y que viváis sin temor a lo que hay detrás de la montaña?...entonces el mas anciano de los habitantes respondió...todos los que vivimos aquí nunca hemos intentado salir fuera, aquí no nos hace falta nada, tenemos todo lo que necesitamos.
Somos felices, continuó diciendo el pequeño anciano, no conocemos la enfermedad ni la maldad, vivimos muchos, muchos años y no sentimos la necesidad de salir de aquí, sabemos que si saliésemos dejaríamos de vivir.
Vosotros sois bien recibidos, podéis quedaros, pero si decidís iros sois libres para hacerlo.
Los esquimales se miraron unos a otros y le contestaron al anciano: después de ver como vivís en este paraíso, sería de locos si nos fuésemos, si el destino ha hecho que os encontremos, habrá sido para que vivamos felices y tranquilos, y nos gustaría quedarnos.
Todavía no habían terminado de hablar cuando la salida de la cueva desapareció.
Bueno, ¿sabeis lo que quiere decir esto?...pues yo os lo diré,
la cueva desapareció porque solo se abría cuando las personas del otro lado estaban en peligro y merecían vivir en el valle, se les daba la posibilidad de vivir una nueva vida.
Nunca se sabe donde está tu destino, pero si eres bondadoso, tarde o temprano encontraras el mejor para ti.
Ya se que siempre digo lo mismo pero, colorín colorado este cuento se ha acabado, y espero que os haya gustado.
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