LAS AVENTURAS DE PAQUITO
Esta historia que os voy a contar es la de un niño que, además de ser muy bueno y cariñoso, tenia su mundo de fantasía, quizás como todos los niños, pero para él todo lo que veía en la tele o en el cine era verdad.
Esto que vais a leer es la realidad de sus fantasía, pero NUNCA tenéis que hacerlo porque hay que saber distinguir lo que es peligroso de lo que no lo es, y muchas veces la fantasía nos puede confundir.
La primera vez fue cuando vio la película de Superman:
Un día cuando sus papás estaban en la terraza de su chalet, vino corriendo y dijo:
¡Mamá, me he tirado desde el primer piso de la obra (un chalet en construcción que había enfrente), como Superman, y no me he hecho nada...y eso que no llevaba la capa...
¿Sabeis que era la capa?....¡¡una toalla!!
Como es natural, se llevó una buena regañina porque fijaros lo que podría haber pasado.
Otro buen susto para sus padres fue cuando se creyó que era Tarzán.
Esta vez se quiso subir a un árbol y...se cayó... en esta ocasión se clavó una piedra en la rodilla y le tuvieron que dar don puntos...¡cuidadito con subirse a los árboles!
Lo bien cierto es que el médico del pueblo donde veraneaba, lo conocía muy bien ya que, por una u otra cosa, todos los años tenia varias veces su visita.
Imaginaos, ya en invierno, con el agua helada y no tan limpia como en verano...pues bien cuando Paquito se arrimaba a la piscina, su mamá enseguida le decía... cuidadito que te vas a caer dentro, pues dicho y hecho...todavía no había terminado de hablar cuando Paquito ya estaba dentro del agua.
Desde caerse dentro de una acequia llena de tarquín y salir negro, como un carbonero, hasta tirar con un tirachinas un hueso de albaricoque al aire, y romper en pedacitos el cristal delantero de un coche, que para su desgracia, estaba aparcado cerca de él.... pero también para su suerte.... Paquito tenía una abuela que lo adoraba, y ahí estaba ella para pagar los desperfectos que su nieto, sin ninguna malicia, de vez en cuando ocasionaba.
Pasaron los años y Paquito se convirtió en un hombre, su pasión siempre ha sido jugar al tenis.
Desde bien pequeño, siempre ha sabido manejar una raqueta, esta es la pasión que siempre a compartido con sus hermanos, tanto con el pequeño Mario, como con su hermana mayor Inma, pasión que les inculcó su padre que sabiamente, como si de un juego se tratase, hacía que se lo pasasen en grande, deporte que hoy, tanto como por afición como por profesión, siguen practicando los tres.
Pero llego el día que, como tantos otros adolescentes, la mala suerte le llegó, pero de un modo muy injusto para cualquier hijo...su padre, al que adoraba, después de una cruel enfermedad murió.
Se sintió perdido...hundido... parecía que nunca iba a salir de esa pena tan grande que tenía.
Pero aquel niño travieso no estaba solo...tenía a su lado gente que le quería...y aunque también lo estaban pasando mal, tanto su mamá como sus hermanos ahí estuvieron para ayudarle, con lo que mas importa en esta vida...muchísimo cariño...y haciéndole entender que, aun después de esa pérdida tan grande, nunca, jamás, estaría solo.
Pues bien (que se me han saltado las lágrimas), este niño, hoy se ha convertido en una persona increíble, padre de una niña preciosa que se llama Carolina, y con una mujer que lo vale todo, María, todos ellos forman una familia que a muchos niños traviesos les gustaría llegar a tener.
¿A que quería llegar?,...pues que porque un niño sea un poco travieso, no quiere decir que el día de mañana pueda llegar a ser una persona buena y responsable, siempre con la ayuda de la familia que le quiere.
Espero que no os haya puesto triste esta historia...todo lo contrario...si os fijáis bien, esta es una historia que está llena de amor y de felicidad.
Bien y como siempre, espero que os haya gustado, y colorin colorado, este cuento (historia) se ha acabado.
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