SARA Y LA LAMPARA MÁGICA
Hola pequeños, os voy a contar un cuento que os va a gustar mucho, es la historia de unos comerciantes que vivían en el desierto.Allí solo hay montañas de arena es muy seco, hay algunos sitios (pocos), donde hay agua y crecen palmeras, a estos sitios se les llama oasis.
Cuando las tribus cruzan el desierto paran en estos sitios para descansar, coger agua y poder seguir su camino.
Un día, caminaban por el desierto una familia compuesta por una niña con sus papas montados en camellos.
Estaban muy cansados y deseaban llegar a un oasis para poder dormir y beber toda el agua que sus cuerpos necesitaban.
Cuando estaban cerca preguntó la niña...papá, ¿ya llegamos?....si, le respondió, mira a lo lejos....si, si ya lo veo, ¡por fin!
Una vez allí, cuando Sara, que así se llamaba la niña, buscaba una sombra para descansar, vio en el suelo algo dorado, escarbo en la arena y ¡sorpresa!...se encontró una lámpara.
¡Papá, mamá!, mirad lo que he encontrado, ¿es mágica...es
solo una lámpara, le respondió su mamá...bueno, pues yo la voy a acariciar a ver que pasa.
Empezó a acariciarla y de pronto empezó a salir humo, y entre el humo se vio la figura de una genio que le dijo...
hola Sara, soy el genio del desierto, pídeme tres deseos y yo haré que se cumplan, si estos deseos son buenos, después yo seré libre.
No sabían que pedir pero Sara, impaciente, enseguida contestó sin pensarlo...quiero comida y fruta para mis padres y para mi.
No había terminado de pedirlo cuando ya lo tenia delante de sus ojos...¡oh, cuanta comida!....papá, mamá vamos a comer.
Sara, piensa en lo que vas a pedir, le dijeron sus papás, hay cosas mas importantes.
Cuando ya hubieron comido Sara le dijo al genio...ahora quiero una tienda con buenas camas, para poder dormir toda la noche sin pasar el frío del desierto.
Dicho y hecho...una magnífica tienda con una confortables camas.
Pero Sara, le volvieron a decir sus papás, cuidado te queda solo un deseo...si, ya lo se papá, dijo Sara.
Mi tercer deseo es que nunca mas tengamos que cruzar el desierto, por eso te pido que encontremos en la ciudad una casa para vivir, y no llevar esta vida tan dura por el trabajo de mi papá.
A la mañana siguiente salieron del oasis y se encaminaron a su destino.
Entraron en la ciudad y, sin saber como, sus camellos se dirigían sin parar a donde el genio les llevaba, llegaron a la puerta de una casa muy grande y pararon.
Entonces el genio salio y le dijo a Sara...aquí viviréis y no tendréis que trabajar cruzando el desierto...tendréis un medio de vida que os hará vivir felices y tranquilos.
El genio desapareció, como los deseos de Sara eran buenos y sin avarícia quedó libre, no tuvo que volver a meterse en la lámpara.
Entraron en la casa y fijaos, ¿sabeis lo que había dentro?...
un patio con mas de cien palmeras cargadas de racimos de dátiles.
Ya imagináis de que iban a vivir ¿verdad?...vendiendo los dátiles de las palmeras...y por mas que cogían, siempre habían mas.
¿Os ha gustado?, pues colorin colorado, este cuento se ha acabado.
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